Vacía y seca.
Cubierta con las vendas de la desdicha
inmóvil con la vista fija en la nada,
una mirada sin ojos que contempla
con hastío el pasado.
Y lo evalúa
con un cerebro convertido en polvo,
el mismo polvo que tapiza
hasta el último rincón de su estancia
y el mismo que enturbia su mirada;
analiza sin sentido del humor
las bromas de la vida.
No es una sonrisa
ni cínica ni mordaz
lo que dibujan las vendas de su cara.
Una mueca de protesta muda,
a mitad de camino
entre la sorpresa y la extrañeza
de quien no se lo espera.
Con un dedo rígido apuntando
a un futuro inexistente,
o a glorias soñadas,
o quien sabe si intentando
pinchar con su punta
el globo negro de la desesperanza.
Cubierta con las vendas de la desdicha
inmóvil con la vista fija en la nada,
una mirada sin ojos que contempla
con hastío el pasado.
Y lo evalúa
con un cerebro convertido en polvo,
el mismo polvo que tapiza
hasta el último rincón de su estancia
y el mismo que enturbia su mirada;
analiza sin sentido del humor
las bromas de la vida.
No es una sonrisa
ni cínica ni mordaz
lo que dibujan las vendas de su cara.
Una mueca de protesta muda,
a mitad de camino
entre la sorpresa y la extrañeza
de quien no se lo espera.
Con un dedo rígido apuntando
a un futuro inexistente,
o a glorias soñadas,
o quien sabe si intentando
pinchar con su punta
el globo negro de la desesperanza.
Esas mismas vendas
sucias, enmarañadas,
cubren queloides de viejas heridas
inflingidas por la
vida artera, astuta, sibilina,
oculta entre sombras de traición,
dedicada como un sicario asesino
con aviesas intenciones,
a sembrar trampas
y cercenar esperanzas,
como el detective Fix intentando abortar
el viaje de Phileas Fogg…
sucias, enmarañadas,
cubren queloides de viejas heridas
inflingidas por la
vida artera, astuta, sibilina,
oculta entre sombras de traición,
dedicada como un sicario asesino
con aviesas intenciones,
a sembrar trampas
y cercenar esperanzas,
como el detective Fix intentando abortar
el viaje de Phileas Fogg…
Esas mismas vendas
dirigieron su vida
como riendas tensas,
a punto de romperse
en un chasquido,
intentando controlar
una cuadriga desbocada
de ciegos
caballos negros.
Tenaz, Obstinado,
Porfiado y Terco;
así se llamaban,
aunque sordos
tampoco atendían
en su galope.
Y pasaban con guadañas,
segando a su furioso paso:
Sueños, sentimientos,
deseos y perspicacias;
dejando, tras de sí,
un reguero de miedos
oscuro y espeso
que se pierde en la distancia
del pasado.
dirigieron su vida
como riendas tensas,
a punto de romperse
en un chasquido,
intentando controlar
una cuadriga desbocada
de ciegos
caballos negros.
Tenaz, Obstinado,
Porfiado y Terco;
así se llamaban,
aunque sordos
tampoco atendían
en su galope.
Y pasaban con guadañas,
segando a su furioso paso:
Sueños, sentimientos,
deseos y perspicacias;
dejando, tras de sí,
un reguero de miedos
oscuro y espeso
que se pierde en la distancia
del pasado.
Una figura inerte,
una mirada sin ojos
que contempla
un futuro inexistente.
Cubierta con las vendas de la desdicha,
sujeto su cuerpo vacio y seco,
quebradizo…
Si la tocases
se desmoronaría
con estruendo polvoriento…
…Igual que se destruyeron
sus días y sus sueños…
…De limpiarlo todo,
como siempre,
se encargará
la imperceptible brisa
que levantan las agujas
roñosas y oxidadas,
del inexorable tiempo…
una mirada sin ojos
que contempla
un futuro inexistente.
Cubierta con las vendas de la desdicha,
sujeto su cuerpo vacio y seco,
quebradizo…
Si la tocases
se desmoronaría
con estruendo polvoriento…
…Igual que se destruyeron
sus días y sus sueños…
…De limpiarlo todo,
como siempre,
se encargará
la imperceptible brisa
que levantan las agujas
roñosas y oxidadas,
del inexorable tiempo…
José Roberto Martínez Delgado (220112)
2 comentarios:
Amigo te animo a que sigas escribiendo, gracias por permitirme conocer tu espacio en el que mi presencia se hará habitual.. enhorabuena, Un abrazo.
Fenomenal blog.. una sorpresa inesperada que son las mejores..un abrazo.. Fuerza y Honor.
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