AL AMANECER,
LO QUE PARECE UNA ESTRELLA
MARCA EL CAMINO EN MI HORIZONTE.
LEVO ANCLAS.
HAY POCA BRISA,
Y A SOPLIDOS SI HACE FALTA
HINCHO MIS VELAS.
CON LA PROA Y CON LA QUILLA,
COMO NAVAJA AFILADA,
ABRO PROFUNDAS HERIDAS
ENTRE ESPUMAS DE NATA;
MIENTRAS, RUIDOSAS GAVIOTAS
ME ACOMPAÑAN AL ALBA;
RIEN Y HACEN CABRIOLAS,
Y CON SUS OJOS PARDOS
VIGILAN MI MARCHA.
RESPIRO EL AIRE LIMPIO
Y SALADO.
ESTÁ FRÍO.
PERO NO ES LO QUE PROVOCA MIS LÁGRIMAS.
ÉS MI PARTIDA.
ÉS LO QUE DEJO ATRÁS.
ÉS EL MIEDO A LO DESCONOCIDO.
ÉS EL NUNCA VOLVER MÁS.
ATRÁS QUEDAN MIS JUEGOS,
MIS LLOROS Y MIS RISAS;
LAS RODILLAS PELADAS
Y LA DENTADURA INCOMPLETA
DE UN NIÑO MOCOSO. (Y PECOSO)
ATRÁS QUEDAN MI PEINADO A RAYA,
UNOS PANTALONES LARGOS,
Y UN PINTADO BIGOTILLO
PARA SI ACASO BORRAR, NO AFEITAR.
LOS PRIMEROS PLACERES EN EL PARAISO DE ONÁN;
Y LOS PINCHAZOS EN EL ESTÓMAGO
CUANDO ME FIJÉ EN UNOS OJOS AZULES
ENMARCADOS ENTRE TRENZAS RUBIAS.
Y ESE PRIMER PITILLO.
Y ESA PRIMERA TOS.
Y ESA PRIMERA FLEMA.
Y LA VEZ QUE DEJÉ DE FUMAR.
(Y LA VEZ QUE VOLVÍ A FUMAR, ¡MALDITA SEA!)
Y LA VEZ QUE ASPIRÉ EL AROMA DE UN BESO.
Y LA VEZ QUE TRAGUÉ LA SALIVA DE ESE MISMO BESO.
Y LA VEZ QUE COGÍ SU PECHO.
Y LA VEZ...QUE...
...SI?!... YA!, YA ME CENTRO...
¿DONDE ESTABA? ¡AH, SÍ!
CON ESTAS RUIDOSAS GAVIOTAS Y
CON ESTE AIRE LIMPIO Y CON ESTE AFILADO NAVÍO,
SURCANDO ESTE MAR QUE COMIENZA A SER BRAVÍO...
AL FRENTE UN PARAGUAS NEGRO QUE TODO LO CUBRE,
PERO TAN LLENO DE AGUJEROS
PERFORADOS POR LOS DARDOS DEL SOL
QUE PARECEN A LA VISTA
LLUVIA DE HILOS DE ORO.
DE NUEVO EL FRÍO AIRE.
Y VUELVO A LLORAR...
PERO ES POR MI PARTIDA.
ES POR LO QUE DEJO ATRÁS.
ES EL MIEDO A LO DESCONOCIDO.
ES POR QUE NUNCA HE DE VOLVER MÁS.
J. Roberto Martínez Delgado-181109-