Cortando en jirones a Niebla,
divertido,
Viento juega desvelando Flores…
Rocío tiembla somnolienta
y destemplada. Desorientada
se desliza y cae
como una dulce lágrima…
…Pero Viento la atrapa
y la convierte en escarcha.
La deposita en el suelo
suavemente
y contempla
con avaricia
su belleza congelada…
Viento se deleita
ávido e insaciable,
pues su amada obra
de naturaleza muerta
solo está dormida
por unos breves instantes.
El artista, satisfecho,
la besa tiernamente.
Y la calidez de ese beso
le devuelve su trémula vida.
Rocío mira confundida
dudando si es un sueño.
Nota la mejilla
encendida
y su interior ardiendo.
Ignora que, cada mañana,
es secuestrada
por un admirador secreto
que siempre se aleja
furtivo, cabizbajo y triste,
porque nada espera.
Consciente del imposible,
de un imposible
amor eterno .
J. Roberto Martínez Delgado .- (1.987)
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